Sobrepasarse bebiendo alcohol siempre trae consecuencias negativas. No solo es bastante perjudicial para nuestra salud, sino que también porque hacemos o decimos cosas que en realidad no deberíamos. Esto fue lo que le ocurrió a Freddy, un hombre que salió a beber con sus amigos a un bar, pero se le pasaron las copas y llegó completamente alcoholizado a su hogar.
Ni siquiera recuerda cómo llegó y al siguiente día solo habían fragmentos de lo que había ocurrido la noche anterior. Cuando despertó, tenía una horrible resaca y minutos después se dio cuenta que en la mesita al lado de su cama, había un vaso con agua y una pastilla. Se levantó para ir al baño u notó que su ropa estaba planchada y doblada. Llegó al baño, se miró al espejo y se dio cuenta que tenía un ojo completamente morado.
Luego vio una nota pegada en el espejo, con corazones dibujados. El papel decía:
”Mi amor, en la noche llegaste todo borracho, hiciste un gran escándalo y no tuve opción más que dejarte dormir. Te dejé desayuno sobre la mesa. Salí al supermercado a comprar todos los ingredientes necesarios para preparar tu comida favorita por la noche y cenar en familia. También te dejé ropa limpia y a nuestro hijo cuidando de ti. Vuelvo en un momento. Te amo, mi vida. Tu esposa”
Confundido y emocioando, Freddy se dirigió a la cocina, donde encontró un sabroso desayuno. Pero el hombre aún no comprendía la situación y el comportamiento de su esposa así que decidió preguntarle a su hijo, quien le contó la verdad.
Había llegado pasado las 5 de la mañana, extremadamente borracho, que ni siquiera se acordaba que él era su hijo, se había caído 3 veces que incluso había quebrado un jarrón. Vomitó en la cocina y al pisar su propio vómito se había resbalado hasta golpear muy fuerte de frente con una puerta, quedando con el ojo morado.
Freddy entonces no entendía por qué su esposa estaba siendo tan cariñosa si se había portado realmente mal y le preguntó a su hijo.
“¡Ah sí, te refieres a eso! Cuando mamá logró llevarte a la habitación, trató de quitarte la ropa porque estabas todo vomitado, entonces tú le gritaste ¡déjame en paz abusadora, soy un hombre casado, respétame!”
Al fin entendió todo lo que sucedió y en ese momento no hizo más que romper en llanto de la emoción.