John Allen Chau, un cristiano estadounidense, viajó el pasado 16 de noviembre a la isla del archipiélago de Andamán, en la India, para evangelizar a una tribu de la isla Centinela Norte, a pesar de que conocía la peligrosidad de sus miembros.
El hombre llegó a la isla con ayuda de siete personas para ponerse en contacto con los sentineleses, quienes viven aislados de la civilización y son hostiles con los visitantes.
Es por eso que el acceso a la isla Centinela Norte está prohibida por la legislación india.
Al llegar a la isla, Chun escribió en su diario lo siguiente: “estos hombres, de un metro y medio de alto, tenían pintura amarilla en la cara y reaccionaron de manera violenta cuando intentó hablarles en su idioma y cantarles canciones cristianas”.
En su intento por mantener contacto con la tribu y recibir una respuesta, el misionero gritó: “Me llamo John, los quiero y Jesús también los quiere”, escribió también en su diario.
Fue entonces cuando un miembro de la tribu le disparó una flecha, la cual atravesó su “Biblia plastificada” que portaba.
Fue el pasado 16 de noviembre cuando Chau escribió una última nota en su diario: “Pensaréis que estoy loco, pero creo que merece la pena evangelizar a esta gente” y antes de bajar de la barca en la que iba escribió: “Dios, no quiero morir”.
El contenido del diario de Chau fue difundido por The Washington Post después de que la madre de este joven lo entregó a reporteros de dicho medio.
Chau murió a flechazos después de ofrecer a la tribu pescado y otros regalos.
Su cuerpo fue enterrado en la playa y encontrado por las autoridades. Las siete personas que lo acompañaron a la isla fueron detenidas por haber