
Sin embargo este joven se llevó la lotería pues no solo se llevó a una mujer bella e inteligente pues también es buena en labores de la cocina, ya lo diría Calibre 50 a la "antigüita", pues es de todavía de las mujeres que saben echar tortilla a mano a pide de fogón, las que quizá acompañen con unos frijoles de la olla recién saliditos y mara rematar una picosa salsa de molcajete. Pareciera comida de pobres pero quien ha tenido el gusto de alimentarse así sabe que es un regalo de los dioses que combinan lo fresco de los alimentos con esos aromas del campo de de la leña con los qué fueron cocinados.
